Traducido por Douglas Cueva
Reimpreso con el permiso de Dignity Virus.
Por Alex Garland
SEATTLE—La red de seguridad sanitaria de Washington se ve amenazada a medida que los legisladores federales consideran recortes drásticos a Medicaid que podrían dejar a cientos de miles de personas sin cobertura y obligar a los hospitales a recortar servicios esenciales. En una conferencia de prensa celebrada el 22 de mayo en el Centro Médico Harborview, funcionarios estatales, trabajadores de la salud y familias que dependen de Medicaid emitieron duras advertencias sobre las posibles consecuencias.
Harborview, el único centro de traumatología de nivel I de la región para adultos y niños, atiende a pacientes de todo el noroeste del Pacífico, muchos de los cuales dependen de Medicaid. El director ejecutivo, Sommer Kleweno Walley, no se anduvo con rodeos:
“Los recortes que el Congreso está considerando seriamente podrían resultar en una pérdida anual de cientos de millones de dólares solo para Harborview. Es imposible exagerar la crisis que recortes de esta magnitud significarán para Harborview y toda la red de seguridad social de este estado.”

El gobernador Bob Ferguson presentó las cifras: Washington podría perder 2 mil millones de dólares en apoyo federal a Medicaid durante los próximos cuatro años, dejando a unos 200,000 residentes sin seguro para el próximo año. Los hospitales rurales, que ya enfrentan dificultades, serían los más afectados.
“No hay duda que los hospitales cerrarán en el estado de Washington, tanto en zonas rurales como urbanas de nuestro estado. Los hogares de ancianos cerrarán si esto es aprobado por el Senado de los Estados Unidos”, dijo Ferguson. “Nuestro estado cambiará de manera fundamental si esto se lleva a cabo.”
Voces desde la línea de frente

Jen Chong Jewell llevó a su hijo Gabriel, quien depende de Medicaid para cirugías, terapias y equipos médicos.
“Medicaid le permite a mi hijo y a tantos otros niños y jóvenes vivir, recibir apoyo y prosperar en sus comunidades”, dijo. “Somos más que un número o un dato; somos los expertos en nuestras propias vidas.”
Sam Conley, enfermero en Harborview por más de una década, describió las consecuencias reales de una atención médica con fondos insuficientes.
“Ya he visto las consecuencias cuando los pacientes no pueden pagar su atención médica”, dijo Conley. “Los diabéticos que se saltan dosis de insulina terminan con miles de dólares en facturas médicas de emergencia… Perder la cobertura de salud no hace que desaparezcan las enfermedades crónicas, sólo obliga a las personas a quedarse sin tratamiento. Los pacientes se enferman con más frecuencia y permanecen más tiempo en el hospital.”

Una lucha política por delante
Los recortes propuestos, vinculados a negociaciones más amplias sobre el presupuesto federal, han generado una fuerte reacción. Ferguson acusó al Congreso de priorizar las exenciones fiscales para los ricos por encima del cuidado de salud para los estadounidenses más vulnerables.
“Anoche, el Congreso tomó una decisión que solo puede describirse como cruel y que perjudica a muchos miles de habitantes de Washington si el Senado la aprueba”, dijo. “Vamos a hacer todo lo posible para persuadir al Senado de que retroceda del borde de una acción que tendría consecuencias verdaderamente graves para muchos miles de personas en nuestro estado.”

Por ahora, los defensores están instando al público a contactar a los legisladores y compartir historias personales. Como dijo el enfermero Conely:
“Recortar Medicaid no reduce la necesidad de atención médica, sólo traslada el costo… Al final, los contribuyentes cargan con un mayor peso y las personas enfrentan consecuencias negativas que podrían haberse prevenido.”
Actualización de TtS de julio: El 4 de julio, Trump firmó la Gran y Mala (“Hermosa”) Ley, y la Oficina de Presupuesto del Congreso estima que el Programa de Seguro de Salud para Niños (CHIP) y Medicaid perderán 1,02 billones de dólares en financiamiento federal, y se espera que Washington sea uno de los estados más afectados.
Un comunicado de prensa del 3 de julio de la oficina del gobernador Ferguson señaló a los congresistas Dan Newhouse (R – 4) y Michael Baumgartner (R – 5) por votar a favor de la perjudicial legislación, que representa el mayor recorte a Medicaid desde su creación en 1965.
Aproximadamente dos millones de habitantes de Washington, es decir, uno de cada cinco, son beneficiarios de Medicaid, y cada año el estado gasta 21 mil millones de dólares en Medicaid, de los cuales 13 mil millones provienen del gobierno federal.
“Es imposible exagerar lo devastadora que será esta legislación para los habitantes de Washington… Esta decisión, moralmente en bancarrota, hará que nuestros residentes más vulnerables pierdan su cobertura de salud y probablemente obligará al cierre de hospitales en todo el estado, todo para financiar recortes de impuestos para los estadounidenses más ricos.”
—Gobernador Ferguson
Washington fue líder a nivel nacional el año pasado con una tasa de personas sin seguro del 4.8 por ciento. Estos recortes a Medicaid se implementarán en los próximos cinco años, y al menos 250,000 habitantes de Washington perderán su cobertura, mientras que miles pueden esperar ser excluidos del mercado de intercambio de beneficios de salud por los altos costos.


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